José Luis Romero
CORRUPTOR
ABUELO
Hacía tiempo
que no veía a mi hijo tan alterado. Me sorprendió que no pidiera permiso para
entrar en el despacho. Él que mantenía el respeto profesional hacia el Jefe de
la empresa como cualquier otro trabajador. Su cara estaba enrojecida y no
encontraba como empezar a contarme el problema. Le hice sentarse en el sofá de
las visitas y traté de calmarle:
-Tranquilo.
No permitas que los problemas te alteren de esa forma. No será tan grave.
-Padre. Tu
nieto quiere dejar la empresa.
-Será un
enfado momentáneo. -no me dejo seguir-
-De momentáneo
nada. "Criterios éticos le impiden
seguir en la empresa" me ha dicho el muy cretino.
Respiré
profundamente y me quedé mirándolo. No me gustaba que me interrumpiera cuando
hablaba, pero entendía el problema y me di cuenta que se sentía desbordado e
incapaz de solucionarlo.
-Entonces
imagino que quieres que hable yo con él y que resuelva el problema.
-Sí -dijo
sin levantar la cabeza-
No llevaba
nada bien que le hiciera ver su incapacidad de comunicación con su hijo. Tras
pensar un poco como actuar le pedí que me contara todo lo que supiera. Tras una
larga conversación me quede unos minutos pensando y le pedí a la secretaria que
llamara a mi nieto al despacho.
Entró con
paso tranquilo, demostrando que sabía lo que quería y seguro de que yo le iba a
llamar. Supe en ese instante que él ya contaba con que le llamaría y que se
habría preparado lo que iba a decirme. Era mucho más hábil que su padre.
Tendría que ser muy directo si quería obtener resultados.
- Así que
quieres irte de la empresa. Explícame las causas. Tu padre apenas supo hablarme
de no sé qué problemas éticos.
-Sí. Son
problemas éticos. He descubierto como estáis comprando contratos. Me habéis
ocultado que lo hacíais y eso me duele aún más.
-Sabía que
tenías que enterarte algún día. Esperaba que fuera más adelante cuando
estuvieras más hecho a la empresa y comprendieras mejor los complejos
requisitos de la contratación pública.
-Abuelo. Tú
mismo has hecho que me especialice en contratos. Casi me conozco la Ley de
contratos del sector público de memoria y lo sabes ¿A qué complejos requisitos
te refieres?
Estaba sorprendiéndome
con su frialdad. Yo esperaba ganármelo con alguna explosión emocional que le
hiciera cometer algún error. Esta vez lo había subestimado.
- ¿Has visto
cómo funciona la competencia y como compra los contratos a un partido político
con donativos?
- Sí y también
he visto como llevan al presidente del consejo de dirección y al gerente ante
los tribunales por corrupción y les toca cambiar el rumbo y de equipo
directivo.
-Nosotros no
hemos cometido ese error.
-Yo no me
intereso en los errores no cometidos. Me intereso en lo que se ha hecho en esta
empresa estando yo trabajando en ella.
Le había
contado a su padre como siguió sus viajes a Suiza el año anterior y como tras
esas gestiones allí habíamos ganado de golpe tres concursos y que este año
había vuelto a suceder lo mismo. Sabía que nuestras cuentas no habían movido ni
un euro hacía ningún político español, pero nuestros socios suizos sí que
habían recibido unas ayudas muy significativas. Sin contra-prestación alguna y
para, en teoría, pagar unas fianzas de unos contratos que ellos habían ganado
allí se llevaron una cuantiosa cantidad de dinero. En teoría porque los
contratos no existían.
En verdad mi
nieto era un gran investigador. Sabía que el dinero que recibían los políticos
en Suiza vendría de algo punto de aquel país que no se podría vincular nunca
con nuestra empresa.
Empezaba a
asustarme. Veía que uno de mis nietos, los pilares en los que apoyar la empresa
cuando ya no pudiese dirigirla yo, se me estaba yendo ¡Con lo inútiles que
habían demostrado ser mis hijos y lo buenos y eficientes que eran los nietos
que trabajaban conmigo!
Busqué otras
alternativas para convencerlo.
-Sabes que
esta empresa es una Sociedad Anónima y que nosotros sólo tenemos el 30% del
capital. Los que han comprado las acciones que nos han hecho crecer quieren
beneficios. Y siempre quieren más beneficios que el año anterior ¿cómo quieres
que los consigamos si no hacemos alguna irregularidad?
-No llames
irregularidad a un delito. Además el control de la empresa siempre será tuyo.
-¿No crees
que los Suizos puedan incrementar su porcentaje y puedan pasar a dirigir ellos
la empresa?
-Tratándolos
tan bien como los tratas dudo que quieran el control. Tienen más beneficios si
controlas tú que si lo hicieran ellos. Es más, si se diera el caso, seguro que
te dejarían a ti seguir mandando.
Me quedé
mirándolo un instante Lo veía muy centrado. Estaba seguro que habría preparado
esta conversación hacía tiempo. Seguro que habría puesto a su padre de los
nervios para conseguir que viniera a mí. Así había conseguido que yo le
convocara sin tener que empezar pidiendo o justificando.
Me sentí
como un juguete en sus manos. Cada vez lo veía más lejos de nosotros, su
familia. Lo veía tan seguro de sí mismo, tan adulto que casi no lo reconocía.
Nunca me había plantado cara así. Tocaba cambiar el tono con un golpe bajo.
-Yo no soy
eterno. Sabes que eres el heredero. Por eso te pago casi todo lo que ganas en
acciones de la empresa.
-Yo no lo
elegí. Dices que seré el heredero. Pero el heredero no quiere seguir tus pasos.
-¿Qué camino
quieres seguir?
-Un camino
libre de corrupción. Ganar dinero limpio.
-Consideras
esta empresa corrupta y tienes acciones de ella.
-Ya sé que
las tengo y es así porque me pagas casi todo lo que gano con ellas. No te
preocupes mi intención es venderlas para trazar mi propio camino desde cero.
Me dolió.
Querer deshacerse de esas acciones era romper con la familia. La empresa era el
eje central alrededor de los que todos sus miembros vivían. Mi nieto me dejaba
y eso me dejaba roto. Desde la muerte de mi madre nunca me había sentido así de
mal. No quería que se fuera y ya lo veía lejos de nosotros.
Me tragué el
dolor como lo hice en el entierro de mi madre. Era la cabeza visible y no podía
mostrar debilidad. Tenía que encontrar algo que me acercara a él. No se me
ocurría nada hasta que recordé el dicho que dice “si no puedes con él únete a él”
Decidí
hacerme el vencido para darle confianza y que me explicara sus planes. Sólo así
podría conseguir un acercamiento. Puse en mi voz el abatimiento que sentía y me
permití mostrar el dolor que sentía a través de mi cara.
-¿Cómo?
-Comprando
un hotel con el valor de las acciones.
-¿Dónde lo
vas a comprar?
-En algún
lugar de España que no es Madrid. Me quiero ir a vivir fuera.
-¿Estás
seguro de que será una buena inversión?
-Sí abuelo.
Me has enseñado tú. Donde voy a comprar el turismo va en aumento.
¡Con que va
a comprar un hotel! Este chico es brillante, incluso más de lo que creía.
Seguiré el juego. Seguro que será bueno para los dos.
-Tus
acciones están en Suiza. Es por un tema fiscal. Pero no te preocupes. Llama a
Werner y él te hará de traductor en el banco donde están depositadas para que
las recuperes – dije tratando de disimular una sonrisa que se me escapaba-
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NIETO
Cuando salí
del despacho respiré profundamente. Me sentía victorioso. Pensaba que por fin
podría irme con Rocío a Valencia. Dejaría esa locura. En cuanto cerrara mi
relación laboral volaría a Suiza para vender mis acciones para comprar el
hotel.
Dos días más
tarde aterricé en Zúrich. Había quedado con Werner para que me entregara las acciones y su
venta. Poco antes de despegar me mandó un mensaje indicándome la ubicación del
banco donde me esperaba. Al llegar tomé un taxi para ir directamente al banco.
Nada más entrar me hicieron pasar a una elegante sala donde me esperaban el
depositario de las acciones con el director de la sucursal. La sorpresa fue que
ambos hablaban un castellano perfecto.
Me di cuenta
que algo no cuadraba. No necesitaba a Werner de traductor ¿Mi abuelo había
mentido o no lo sabía? Inicié la conversación con una pregunta a Werner:
-¿Ha traído
los certificados de las acciones?
-Sí. Pero
antes de pasar a ese tema he de informarle de varías cosas. En estos dos días
ha habido muchos cambios que desconoce y le afectan.
-Adelante,
le escucho -dije sorprendido y un poco asustado-
-El hotel
Bristol de Valencia ha sido comprado por una sociedad de nueva creación con
capital íntegramente suizo.
Se detuvo un
momento al ver mi cara completamente desencajada. No podía entender como habían
descubierto el hotel que pensábamos comprar en tan poco tiempo. Me di cuenta
del enorme error que cometí al rebelarle mis planes al abuelo. Werner
prosiguió.
-Si firma
los papeles que estoy poniéndole delante
pasará a ser el representante legal y gestor único de la esta nueva
sociedad.
-¿Cómo se
enteraron del hotel que íbamos a comprar en tan poco tiempo?
-Era fácil.
Su novia y futura gerente del hotel es de Valencia y el mercado inmobiliario de
hoteles no es tan grande.
-¡Ya
teníamos un preacuerdo!
-Les hicimos
creer que su abuelo quería regalarle el hotel. Además les mejoramos la
propuesta económica permitiendo cobrar una parte en francos suizos libres de
impuestos.
-No puede
creer que mi abuelo me esté haciendo esta jugada tan sucia.
-Yo no veo
ninguna suciedad. Veo a un hombre rico que le da lo que quiere a su nieto.
-No creo que
esa sociedad sea absolutamente independiente de la empresa de mi abuelo.
-La
dependencia que tiene la nueva sociedad es el préstamo que ha solicitado con
este Banco. Su abuelo me dijo que no puede jugar con el dinero de su Sociedad
Anónima, pero si puede conseguir favores de algunos bancos. Los intereses son
muy bajos como podrá ver cuando lea detenidamente los documentos. Entiendo que
los necesite leer tranquilamente. Se me ha encargado que esté aquí con usted
para responder todas las preguntas que me haga.
Me puse a
leer. El nombre de la empresa Rocafe coincidía con el de mi novia Rocío
Castelló Fernández. Esa idea sería también de mi abuelo. Había subestimado el
poder que tenía sobre los suizos.
De repente
me di cuenta de la dimensión de su juego. Los suizos no eran socios de la
empresa del abuelo, eran empleados. El abuelo en verdad tenía más del 50% de
las acciones de la SA. Por eso mis
acciones se guardaban en Suiza. No era sólo un problema fiscal. Además el banco
era con el que trabajábamos habitualmente y tenían un director de sucursal
español. ¿Sería el banco también propiedad de mi abuelo? ¿Buscaba mi abuelo tenerme
atado de esta forma? Probé fortuna con la pregunta que lancé.
-Parece que
ambos trabajan para mi abuelo. ¿Es cierto que me va a dar tanta libertad como
parecen reflejar estos documentos?
-La libertad
es relativa. Ninguno de nosotros trabaja directamente para la empresa de su
abuelo, pero ambos trabajamos con él y hacemos cumplir sus órdenes. Sería
interesante que lea la parte final del documento. Quizá allí comprenda más el
alcance de la situación.
Seguí
leyendo. Las últimas cláusulas eran las garantías para el banco. Decían que si
no podía pagar el préstamo la sociedad sería absorbida por la de los socios
suizos. Esta asumiría los bienes y las deudas de Rocafe. Ahora todo encajaba.
Tenía la opción de no pagar nada y Rocafe pasaría a ser una empresa más de mi
abuelo. Se lo pregunté directamente a Werner y me contestó.
-Si. Es así
como su abuelo ha hecho crecer sus posesiones. No creo que él tuviera problemas
que usted se encargase de desarrollar una división hotelera desde nuestra
empresa diversificando aún más el negocio.
-¿Ha dicho
aún más?
-Sí ¿Sabe
quiénes son la empresa panameña que tiene otro 10% de la SA?. Imagino que ahora
estará pensando que es otra empresa de su abuelo y acertará. Ellos también
están implantados en Estados Unidos con inversiones importantes en otras áreas.
Son una empresa más grande y potente que la nuestra.
-Pero
también tengo la opción de pagar el préstamo o incluso quitármelo pagándolo con
mis acciones.
- Si esa es
su decisión no hay problema. Su abuelo me dijo que le tratase lo mejor posible
porque dentro de unos años usted será mi jefe.
Otra vez mi
abuelo diciendo que yo sería el heredero y todo aderezado con las mentiras que
me contó en mi reunión con él ¡Yo que creía haber salido victorioso de aquella
reunión!
Necesitaba
tener más información ya que Werner me trataba como si ya fuera su nuevo jefe.
Aproveche para seguir preguntando.
-¿Por qué le
pusieron Rocafe a la empresa?
-Su abuelo
pensó que su novia estaría encantada con ese nombre. Qué pensará que habría
sido una idea suya no de su abuelo y que no haría muchas preguntas sobre quién
sería el dueño de Rocafe con ese nombre.
Esa
información me hizo ver la verdadera intención de mi abuelo. Él pretendía que
yo siguiera en la empresa y que mi novia se sintiese feliz en una empresa con
su nombre. Pero Rocafe no era independiente de su grupo de empresas. Conociendo
su forma de pensar llegué a la conclusión que por su cabeza no pasaba la
posibilidad de que alguien de la familia se quisiera ir de forma voluntaria de
su grupo. Estaría pensando que era la presión de ella la que me había hecho
tomar la decisión de dejarlo. Traté de jugar una baza más.
-¿Qué precio
tiene para Rocafe el hotel? Quiero comprárselo.
-Rocafe no se
vende. La única forma que disponga de ese hotel es firmando los documentos que le
he traído.
Así era el
juego de mi abuelo. Si quería el hotel que habíamos elegido tendría que entrar
en su nueva empresa llamada Rocafe. Si no quería tenía mis acciones pero
tendría que comprar otro hotel y negociar todo desde el inicio. Me quedé mirando
al Director de la sucursal y le pregunté:
-Usted está
aquí por si al final decido hacer uso de la acciones ¿No?
-No sólo por
eso. Yo voy a volver a España. Ya sea a Madrid o a Valencia.
-Podría
explicármelo por favor.
-Si usted se
queda con Rocafe yo iré al puesto de trabajo que ha dejado en Madrid. Si no
quiere ni regresar donde estaba ni el hotel de Valencia iré a vivir a la ciudad
de su novia haciéndome cargo del hotel. No tengo problemas. En ambas ciudades
hay un colegio alemán al que llevar a mis hijos.
El círculo
se cerraba. Mi abuelo lo tenía todo atado y bien atado. Era el momento de
decidir. Pero pedí unos minutos para pensar. No quería hacer nada sin hablar
antes con Rocío. La decisión afectaba a la vida de los dos. Así que salí de la sala
para hacer una llamada personal.
Al sacar mi
móvil me di cuenta que continuaba en modo avión. Me había olvidado del móvil
pensando en la venta de las acciones. Al activarlo me entraron varios mensajes
de llamadas perdidas de Rocío y un mensaje en el que me pedía que la llamara
inmediatamente.
La imaginé
nerviosa esperando los resultados de la venta de la acciones. Temí
desilusionarla. Suspiré profundamente y la llamé.
-¡Hola amor
mío!
-¡Manuel,
cielo. Me tenías muy preocupada! Pensé que te había pasado algo después de
aterrizar.
-Olvidé
quitar el modo avión. Lo he puesto ahora porque mi abuelo nos ha dado una
sorpresa enorme.
Le relate lo
sucedido con el máximo número de detalles que recordaba. Cuando acabé le
pregunté:
-¿Qué crees
que es lo mejor que podemos hacer?
-¿Aún no has
hecho nada?
-No. Quería
consultarlo contigo.
-Me alegro
que quieras consultarlo conmigo y me alegraré aún más que, cuando yo soy quién
te llama repetidas veces, que me escuches primero a mí y no me sueltes lo tuyo sin
posibilidad de meter baza.
-Rocío, por
favor, no discutamos ahora. Has visto que es muy importante lo que tenía que
contarte.
-Si me
hubieses preguntado porqué te estaba llamando tantas veces te habría dicho que
ya sabía la jugada de tu abuelo.
-¿Cómo?
- Sí. Me llamó en cuanto despegaste de Madrid y me contó lo que te ibas a
encontrar al llegar.
…/Falta desarrollar/…
ABUELO
En cuanto me avisaron que el avión
se movía llamé a Rocío. No podía dejar cabos sueltos con este nieto cabezón al
que adoro. Cuando descolgó me dijo:
-¿Ramiro, no
te has equivocado, soy Rocío?
-Sé quién
eres, y no me he equivocado. Te llamo porque he de contarte varias cosas que
son de tu interés.
-Estoy encantada
que Don Ramiro, el abuelo de mi novio, se interese por mí y por las cosas que
me pueden interesar. Le escucho.
-En primer
lugar decirte que no estoy enfadado con Manuel. Por una parte es comprensible
que no me agrade, que Manuel se quiera ir de la empresa. Es un trabajador muy
valioso, la empresa es mía y encima es un familiar. Por otra parte hay algo que
me gusta mucho en la decisión que ha tomado.
Paré de
hablar un momento para ver la reacción de Rocío. Fue cauta y no dijo nada. Proseguí.
-Me encanta
la iniciativa propia. Las ganas de abrir un camino sin quedarse bajo el
paraguas de la familia. Y quiero apoyar esa iniciativa.
-Me parece
muy interesante y halagador lo que ha dicho de Manuel ¿Cómo piensa apoyar la
iniciativa?
-Con un
regalo.
-Esto se
pone interesante ¿Qué es ese regalo?
-El Hotel Bristol de Valencia.
No hubo
respuesta y continué aprovechando el efecto sorpresa.
-No sé si me
equivoco pero te imagino con la boca abierta. Supe que regalaros. Era fácil saber
cuáles eran vuestros planes. Tu especialidad profesional es la actividad
hotelera.
-Pero..
-Perdona que
te corte pero quiero que sepas que estoy muy contento que mi nieto te haya elegido
como su futura esposa. Me encanta que trabajes y que lo hagas en un puesto de
gestión, no como otras novias o esposas de otros nietos. Tú sí que vas a conocer
la importancia del trabajo. Es él quien forja y hace fuertes a las personas.
-Sí, pero
¿Cómo supo el hotel que queríamos comprar? –dijo Rocío con un tono de asombro.
-No es eso
lo importante, me interesa que este hotel sea vuestra punta de lanza, que
crezcáis.
-No le
entiendo.
Noté que
estaba descolocada y me alegré mucho. Era un signo que no le disgustaba el
regalo. Las cosas iban por donde yo quería.
-He creado
una empresa que es la propietaria del hotel. Dicha empresa tiene el respaldo de
mis socios suizos y tendrá todas las facilidades legales y económicas para
crecer con más hoteles.
-De momento
no queremos crecer. Queremos hacerlo bien con ese hotel.
Implícitamente
ya había aceptado el regalo. Todo iba sobre ruedas. Por fin lanzó la pregunta
que esperaba:
-Entonces ¿Es
usted o son los suizos los propietarios de las empresa?
-No te
preocupes de la propiedad. Serán los accionistas los propietarios y Manuel el
Administrador de la misma. Con un hotel o con una cadena hotelera. Estoy convencido
que tienes buenos amigos de tu edad capaces de dirigir otros hoteles.
-Es
demasiado bonito para ser cierto
…/Falta desarrollar/…
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