jueves, 28 de mayo de 2020

LA CLASE Delia


25 de mayo de 2020  terminado la tarde-noche del 27
He intentando darle otra forma, está sin repasar







LA CLASE





Lunes



Entró en la clase, precedido por la directora.



-Les presento al profesor don Salvador Picher Maroto, les dará clase de…



“Por qué no se calla esta cotorra, vaya gentuza de alumnos. Los hay de todos los colores y razas. Por los menos de dos o tres continentes...”



“Que esta gente se fuera del país, nos ahorraría mucho dinero”



Hacía tiempo que nadie le daba trabajo. Si hacer una simple sustitución de una semana, se le podía llamar trabajo.



Se quedó mirando alrededor, los techos, ventanas.



“El Instituto está viejo, solo hay que ver las fachadas desconchadas,  llena de pintadas, claro que se encuentra en unbarrio de las afueras y peca de problemático”



Se volvió a la directora, parecía que había dejado de hablar hacía rato; y ahora, ella, lo miraba con cara de quererlo asesinar.



 -En realidad me llaman Boro…, Boro Picheta



Él sonrió con los labios en línea recta



“No le había gustado como le había mirado esa mujer tan asquerosa, debería estar incapacitada para el puesto que ocupaba. Era fea”     



La directora salió, se le notaba ofendida y él empezó diciendo:



-Solo voy a estar aquí una semana, así que hoy podéis hacer lo que queráis, incluso si queréis estudiar otra asignatura -y soltó una carcajada-.



Inmediatamente se hicieron grupos en la clase para cuchichear.



Él se fijó especialmente en un grupo de chicas, las miró con esos ojos pequeños que no destacaban en su cabeza cuadrada; esa cara, que reflejaba todos los vicios habidos y por haber.



Y su pensamiento se revolucionó.



“¡Míralas como van!, están pidiendo guerra. Yo fuera de aquí las agarraría por el coño…, pero solo a las bonitas; las comenzaría a besar, SÍ, automáticamente, es… como un imán… no puedo esperar”.



-¡¡Uf!!  -salió de su boca sin control, su flequillo hipnótico y su labio superior, le sudaban-.



Pegó dos palmadas para llamar la atención.



-LA CLASE HA TERMINADO.



Al principio todos se quedaron parados, sin saber qué hacer, cómo actuar.



Poco a poco fueron recogiendo las cosas  y saliendo



“Me están mirando de reojo. Os veo”



Su mirada se perdió al final de la clase.



“Vaya con aquel grupito, tienen un polvo rápido muy interesante”



Las chicas que le habían llamado la atención, estaban todavía arremolinadas en un lado de la clase hablando entre ellas, al final se dirigieron hacia la puerta.



“Esto no me lo pierdo, si me coloco ahí, les estrecho el hueco que se ha  formado hasta la salida”



         A la altura de ellas, empezó a hacer sonidos con la nariz como olfateándolas, soltando ruiditos a la vez que movía las cejas.



         Ellas apretaron el paso y salieron al pasillo



“Uyyy, las he puesto nerviosas, esto promete”

Se asomó a la puerta y aún escuchó



 -¿Habéis visto como nos ha olisqueado?  

 -¡Qué asco! –dijo otra.

 -¡Baboso de mierda! –dijo la primera



         “Baboso de mierda ¿he escuchado bien? parece que la pelirroja tiene ganas de guerra. Si es que todas son iguales, desde que se les notan las tetas se creen con poder. Te iba a decir yo lo que  iba a poner entre ellas.”



         Las adelantó en el pasillo y vio cómo se metían en lo que parecían los baños. Una de ellas había sacado un paquete de cigarrillos de la mochila y él se había percatado perfectamente.



         Frenó un poco la velocidad de los pasos.



         “¿A ver. A ver? Estaba por aquí ¡Ah! ¡Sí!, Sala de Profesores, voy a ver si tienen café, necesito un café doble. ¡Vaya! Aquí es, ¡Jope! Qué cara de frustrados que tienen todos”.



         -Buenas…  -por decir algo-.

-Soy el nuevo profesor de dibujo…



Salió un hola general de todos. Una levantó la mano, con una taza y dijo:

-¿Quieres un té, rojo, verde, negro…?



         Su aspecto era de persona reseca. Le pegué un repaso rápido.



“No hay  dónde agarrarse… ¿Qué está diciendo? Me ha ofrecido un té. ¿Un té? Hierva de lavar los pies. Ni me molesto en contestarle”.



Sonó un ruido y se volvió. Todos miramos hacia allí. Era la directora que había abierto la puerta con demasiada fuerza y la había estampado contra la pared, entró como una tromba en la Sala.



-¿Sabéis a quién he pillado en los servicios encerradas en un váter fumando?... pues a Chelo y a sus tres mosqueteras. Están ideando algo. Las he visto entrar en los servicios y las he seguido, se han cerrado las cuatro. No sé ni cómo han cabido en un espacio tan pequeño. Hablaban de hacer algo a un guarro de mierda en la clase. Han empezado a decir cosas, que no he logrado entender. Hasta que  a una le ha caído una araña o algo en la cabeza y se han puesto a chillar y despotricar.  Y claro, he tenido que intervenir.



Hizo con la mano en el pecho como si le faltara el aire



-He abierto la puerta, las caras que han puesto de sorpresa las ha silenciado



“Ahora se calla, buagg… es su momento de gloria, todos la están mirando, a mí en realidad me la bufa”



-Les he pedido que salieran, la histérica del fondo no podía parar de pegarse manotazos en el hombro y en la cabeza, mi reacción ha sido mientras salían darles una colleja a cada una, mientras las contaba en voz alta… una, dos, tres, cuatro… y preguntar ¿qué hacéis ahí dentro? He dado un vistazo al interior, pero lo único que he notado es humo.



Volvió a hacer una pausa y siguió



         -Las he castigado, saldrán una hora más tarde de clase durante un mes. Y anda que se han inmutado. Han cogido la puerta las cuatro y han echado a correr, no podían contener las risas…



         -Perdone la interrupción- dije mirando el reloj de mi muñeca-



-Me tengo que ir ya.



Hizo un movimiento de cabeza a todos simulando un saludo



-Hasta mañana –pasó por delante de ella y salió-



         “Otra vez, me ha mirado con cara de querer asesinarme. Como estoy disfrutando, sacarla de sus casillas está siendo  fácil”



Dejó atrás la puerta de la entrada del colegio en el patio, todavía quedaban grupos de alumnos. 



“Míralas ahí tengo a las protagonistas, como están de espaldas igual les doy un susto y de paso oigo lo que dicen”



-Mañana, para la hora de después de clase traer  cartas, jugamos unas partidas para matar el tiempo o pensamos algo ¿Vale? –dijo la tal Chelo



“Se están pegando codazos. Me han visto. Hagamos un quiebro y salgamos de esta mierda de Instituto. Que les den”





  

Martes



         Entra por la puerta hacia la pizarra, sin mirar a nadie de la clase.  Coge la tiza y empieza a escribir, a la vez que lo hace, dice en voz alta.



-Hoy daremos técnicas para dibujar –se da la vuelta hacia los alumnos y dirigiéndose a los chicos- aunque no sé para qué, porque la mayoría de vosotros van a servir para la obra, apretar bombillas, quizás robar… - y relajando la vista en las chicas- o para un mostrador, fregar platos, limpiar culos o en el peor de los casos para… Bueno –mirando al fondo de la clase- alguna ni para eso



“El Objetivo es impresionar para divertirme, lo estoy consiguiendo. La tímida del final de la clase, se ha dado por aludida, está poniéndose roja, le tiemblan las manos, la verdad es que no es muy agraciada y el pelo lo tiene grasiento y recogido en cola. A por ella…”.



-Tú ¿Quieres algo?



Ella, haciendo la acción de salir ya por el pasillo, solo pudo decir:



-No me encuentro bien ¿puedo ir al cuarto de baño?



Y él, señalando la salida, le dijo:



-Si sales por esa puerta, no hace falta que vuelvas, tienes un cero



Ella aceleró el paso y salió, su cuerpo convulsionaba en arcadas y la cara estaba perdiendo el color.



Una sonrisa de ironía asomó en la boca de él, no estaba entrando con buen pie en la clase, pero le era igual.



-¿Alguno más quiere salir?



“Vaya caretos tienen todos, a la mayoría de estos chicos les hace falta un padre como el mío que a los 13 años  apareció un día me cogió del brazo, casi me lo arrancara y me dijo: te voy a quitar de las faldas de tu madre y vas a ser un hombre. Acto seguido, ese mismo día me metió en una academia militar,  no volví a casa en tres años”.



Estaba como ensimismado, la clase era toda silencio



“Cómo lo odié en ese momento, yo, que siempre estaba del lado de mi madre cuando la menospreciaba delante de la gente o le pegaba en casa. Ahora, me doy cuenta, que mi madre era débil y que eso alteraba a mi padre. Ella provocaba la situación. Pero a mi padre también lo jodí bien, cuando le dije que quería hacer Bellas Artes”



Volvió de donde estuviera y se quedó, mirando todas las caras que estaban en un silencio extraño a la espera de lo que pudiera suceder después y dijo:



-Tú

-La pelirroja

-¿Cómo te llamas?

-Chelo… Consuelo cuando pasan lista –dijo ella.

-Quiero que te pongas en primera fila.



Ella se quedó sin palabras.



“Noto como la rabia le ha hecho morderse el labio, se ha enrojecido, es dura, se está haciendo sangre. Si voy ahí, te la chupo como un vampiro. No puedo dejar de mirar su trasero y  ella se está dando cuenta”.



-Sí –sonó tan fuerte, que las pupilas se movieron de un lado a otro-



Insistió él



- Ahí –lo dijo, mientras acercaba su aliento a la nuca de ella y notaba que el vello del cuello se le erizaba



A ella se le escapó una frase que arrastrándola se desvaneció sin terminarla



-Me recuerdas a mi padre…



Siguió él hablando:



- Cerca de la ventana. Así te veré mejor… ¿Qué has dicho?



Ella contestó, ya más entera y mirándolo



-Nada, que hay algo en usted que se parece a mi padre



Él hizo mención de contestar, pero se calló.



“No me gusta que piense  que puedo ser su padre. ¿Acaso ella me ve mayor? o quizás peor, viejo. En definitiva, queda claro, que ni las adolescentes valen para nada, solo para satisfacer la bragueta”.



A esa hora el Sol entraba con fuerza a través del cristal. Hacía calor.



         Ella empezó a retirarse el pelo hacia un lado. A él, le empezó a sudar la zona del bigote.



         Él miró el reloj y dijo:



         -Es la hora,  pueden salir -mirándola a ella y a las demás dijo- toca la hora de castigo de ustedes cuatro. ¿No? La directora me lo ha comunicado.



Cogió su chaqueta de la silla y salió.



“Esa cría me ha puesto…  lo que menos me gusta es empezar a sudar y oler a perro mojado, que hasta yo lo noto. Creo que he visto una fuente en el patio”



 -Mirad, el pajarito tiene sed –era una voz femenina-.



“No me lo puedo creer,  la tal Chelo esta asomada a la ventana, hago como que  paso o… ¿qué me ha caído en la cara?



-¡Qué asco!-se lo quita con aprensión- 



-Es pan, pan mojado –levanta la vista y ya no hay nadie en la ventana-



-¡Agg! Son odiosas. Crías de mierda



Aprieta los puños, chirría los dientes…



“Guauu, como me apetecería prenderles fuego con un lanzallamas”



Sonríe.



“Ver sus cuerpos retorciéndose como una danza. Cada día que pasa  soporto menos dar clase”



Meneando la cabeza como si negara, inició el paso



“Mucho me temo que me voy a tener que joder,  no puedo gritarles o decirles cualquier cosa, porque aparecerá la directora histérica menopáusica esa y me pondrá de patitas en la calle o peor, no me volverá a llamar y no podré pagar facturas en un tiempo.”







Miércoles 



         Chelo=Consuelo cuando pasan lista, se sentó directamente en primera fila,  ese día llevaba un escote en pico.



         -Que viene Boro Picheta –se oyó una voz de chico en clase



Entra por la puerta. Mira hacia donde se ha oído la voz. Su aspecto es desaliñado, la chaqueta ajada por el cuello la coloca en el respaldo de la silla. La mirada va directa a Chelo, a ella le cae un lápiz y se inclina frente a él



El profesor se toca el bigote con la mano. Abre la boca como para decir algo, los ojos no dejan de mirar el escote.



         “Está desarrolladita la niña, es la que más tetas tiene de la clase y el pelo rojo que tiene me pone a cien”



         Se dirige a la clase



          -Hoy vais a hacer un bodegón.



         Se oyó una voz femenina al fondo



         -Pero no tenemos fruta, verdura, búcaros, platos, cestas… para poner de modelo.



         Imitando la voz



         -Pero no tenemos fruta, verdura…



Y ya en tono normal

        

-Lo que no tenéis es imaginación.

-Lo dicho.

-Algunas solo vais a servir para fregar suelos



Bajó de la tarima y se dirigió a una bolsa de deporte que tenía un alumno a los pies.



El chico no daba crédito, le estaba abriendo la cremallera y estaba rebuscando en el interior

        

 -A ver. Hoy habéis hecho gimnasia, pues pondremos unas zapatillas, calcetines y la pelota que usáis para balón tiro



 -EMPEZAR.



 Puso una zapatilla tumbada y otra en escorzo, al principio hubo reniegos y pequeñas quejas, pero poco a poco empezaron a dibujar en los cuadernos



“No te jode, ahora va y están disfrutando con el dibujo. Mira hasta la del pelo de mierda parece que está emocionada”



Se dirigió hacia ella, cuando llegó a su altura lo observó,  por un momento parecía que iba a decir algo



Lo levantó por encima de su cabeza para que lo viera la clase, se oyeron comentarios positivos y poco a poco y lentamente lo empezó a rasgar por la mitad, lentamente



         -Esto, es, una mierda

-¿No sabes hacerlo mejor?

-Lo dicho, de aquí a fregar suelos  –y mirando a Chelo-  o a la esquina de la calle



Luego se puso los dedos metidos en la boca, haciendo un acto de vomitar



“No los soporto, me dan ganas de invitarles a chuches pringados con droga, van a ser igual de insoportables, pero me voy a partir la polla cuando empiece el efecto. ¿Mira que si les gusta? Pues nada, con el tiempo unas encías de mierda que les van a quedar. Pero ¿qué digo? No voy a estar aquí para ver nada. Estoy deseando que acabe esta semana. “





Jueves



         -Hoy no tengo clase –digo en voz alta con una gran taza de café en la mano y mirando alrededor



-Qué desastre de casa.

-A ver quién es la guapa que convenzo para que limpie

-Si me paro a pensar como soy… creo que no soportaría ver como limpia y contonea las caderas.



“Sólo una vez intenté vivir en pareja. No pudo ser. Lo de convivir no estuvo mal un tiempo, era agradable llegar a casa, tener la comida hecha, ordenadas las cosas… Aunque lo más importante para mí era follar...”



Siguió andando por la casa, dando pequeños sorbos al café, cada puerta que abría era un desastre



“Al principio era fácil y en cualquier lugar. Luego exigía…, “con más preámbulo” . Y yo, con la imaginación que tengo, cualquier  roce de su cuerpo con mi polla… me lanzaba, ella se resistía, eso me excitaba y la agarraba de tal manera, que no pudiera moverse…”



Estaba apoyado en el quicio de la puerta del dormitorio, su labio superior se puso a sudar.



“Y ya estaba la bronca montada. Yo le decía que la culpa era de ella, que iba cargado. Ella no paraba con “eres egoísta y encima rapidito”. ¿Ves? Era ella que tenía el problema, nunca estaba dispuesta, era fría.”



         Salió al pasillo, no soportaba recordar esas escenas



“Mira que se lo decía, con lo fácil que soy de llevar. Por eso, en el desespero la insultaba, se escapaba algún empujón o tortazo, sacaba la peor de mí. Eso no lo captó nunca. No cedió.”



Empezó a titubear, se acercó a la salida de la vivienda.  Dejó la taza de café encima de un montón de cartas sin abrir sobre el mueble del recibidor. Cogió las llaves y salió pegando un portazo





Viernes



Se quedó parado en la puerta observando el interior



“¿Qué hacen esas futuras putitas tocando mi mesa?Seguro que han puesto algo en algún cajón”.



Entró en la clase sin ni siquiera decir los buenos días



         Observó que la silla estaba ligeramente separada de la mesa



Se sentó mirando fijamente a las cuatro del fondo



“Hoy  Charo no se ha puesto en primera fila, ¿pretende desafiarme?”



Y miró el cajón medio abierto.



         Lo empujó con rabia  para cerrarlo.



De un golpe.



La mesa volcó, el instinto de él fue cogerla y el impulso le hizo caer desde arriba de la tarima sobre ella.



Cuando todos se asomaron asustados y vieron la que se  había montado…, el brazo estaba a la altura del codo puesto del revés y un trozo de hueso asomaba.



         Todos soltaron un grito.



Ver el brazo así no estaba siendo agradable. Resultaba curioso, pero no agradable. Todos giraron la vista pasando de uno a otro la mirada, las caras eran de sorpresa, solo el delegado y pelota de la clase reaccionó, se atrevió a atravesar la puerta para ir a por la directora.



         El profesor estaba en el suelo despanzurrado sobre la mesa y el suelo, al principio parecía sin conocimiento,  pero inmediatamente empezó a  proferir gritos como un cerdo camino del matadero.



 Miraba alrededor, con los ojos como salidos de las cuencas, pero nadie se le acercaba, era como si tuvieran miedo de una fiera salvaje escapada de la jaula



         Los alumnos  fueron acercando sus espaldas a la pared, rodeando en cierta manera el cuerpo que se retorcía de dolor en el suelo, algunos salieron, otros las piernas no reaccionaban



   Doña Prudencia, la directora apareció:



          -Ya he llamado a la ambulancia –a continuación se quedó muda viendo la escena-.

   La ambulancia tardó un poco. Todos los alumnos estaban con  un silencio extraño la mayoría del tiempo. El  profesor no dejaba de quejarse, cagarse en todo



-¿Quién ha sido? –bramaba.



La directora intentó, calmarle



-Ha sido un accidente.



-¡Cállate bruja! ¡ Mal parida!  –le dijo con los ojos empequeñecidos de odio.



E insistió



-¿Quién ha puesto la mesa al borde de la tarima? –su vista se clavó en Chelo



La directora ya no quiso entrar a apaciguarle. Simplemente se quedó observándolo, ahora con una mirada vacía.



“Ha sido ella, porque  las imbéciles que la acompañan no tienen redaños. Hija de puta.”



 Al final apareció un médico e hizo una primera cura y le dijo a los camilleros que se lo llevaran.    

 

 La clase salió como en procesión hasta la calle, al llegar allí  Chelo salió de entre el grupo y se acercó a la camilla antes de que la metieran en la ambulancia.



         Mientras iba hacia allí, el dedo índice de la mano hacía como pequeños círculos con el mechón de pelo rojo que le caía por la cara



         “Niñata de mierda, te cogía yo, te ponía de espaldas a la pared, ttapaba la boca y te ibas a enterar”.



          Se paró al lado de él,  inclinó ligeramente la cabeza hacia el profesor



“No te jode, si se sigue acercando…,  me la está poniendo dura”



Lentamente ella buscando su mirada, se pasó la lengua por el labio superior y con un ligero guiño, le susurró al oído:



          -¡Ahora sí!. La clase... HA TERMINADO.





Delia


LA CLASE 20 de junio 2020

16 al 20 de junio de 2020 LA CLASE Lunes Su aspecto todo él era cuadrado. Incluso por partes era cuadrado, tirando a o...