Ahora ya podéis atizarme fuerte. Y Cisnerius tendrá el relato completo. Espero que os guste un poquito más ahora.
CORRUPTOR
ABUELO
Hacía tiempo que no veía a mi hijo tan alterado. Me
sorprendió que no pidiera permiso para entrar en el despacho. Él que mantenía
el respeto profesional hacia el Jefe de la empresa como cualquier otro
trabajador. Su cara estaba enrojecida y no encontraba como empezar a contarme
el problema. Le hice sentarse en el sofá de las visitas y traté de calmarle:
-Tranquilo. No permitas que los problemas te alteren de esa forma. No será
tan grave.
-Padre. Tu nieto quiere dejar la empresa.
-Será un enfado momentáneo. -no me dejo seguir-
-De momentáneo nada. "Criterios
éticos le impiden seguir en la empresa" me ha dicho el muy cretino.
Respiré profundamente y me quedé mirándolo. No me
gustaba que me interrumpiera cuando hablaba, pero entendía el problema y me di
cuenta que se sentía desbordado e incapaz de solucionarlo.
-Entonces imagino que quieres que hable yo con él y que resuelva el
problema.
-Sí -dijo sin levantar la cabeza-
No llevaba nada bien que le hiciera ver su incapacidad
de comunicación con su hijo. Tras pensar un poco como actuar le pedí que me
contara todo lo que supiera. Fue una larga conversación. Me quede unos minutos
pensando y le pedí a él que se fuera y a la secretaria que llamara a mi nieto
al despacho.
Entró con paso tranquilo, demostrando que sabía lo
que quería y seguro de que yo le iba a llamar. Supe en ese instante que él ya
contaba con que le llamaría y que se habría preparado lo que iba a decirme. Era
mucho más hábil que su padre. Tendría que ser muy directo si quería obtener
resultados.
-Así que quieres irte de la empresa. Explícame las causas. Tu padre apenas
supo hablarme de no sé qué problemas éticos.
-Sí. Son problemas éticos. He descubierto como estáis comprando contratos.
Me habéis ocultado que lo hacíais y eso me duele aún más.
-Sabía que tenías que enterarte algún día. Esperaba que fuera más adelante
cuando estuvieras más hecho a la empresa y comprendieras mejor los complejos
requisitos de la contratación pública.
-Abuelo. Tú mismo has hecho que me especialice en contratos. Casi me
conozco la Ley de contratos del sector público de memoria y lo sabes ¿A qué
complejos requisitos te refieres?
Estaba sorprendiéndome con su frialdad. Yo esperaba ganármelo con alguna
explosión emocional que le hiciera cometer algún error. Esta vez lo había
subestimado.
-¿Has visto cómo funciona la competencia y como compra los contratos a un
partido político con donativos?
-Sí y también he visto como llevan al presidente del consejo de administración
y al gerente ante los tribunales por corrupción y les toca cambiar el rumbo y
de equipo directivo.
-Nosotros no hemos cometido ese error.
-Yo no me intereso en los errores no cometidos. Me intereso en lo que se ha
hecho en esta empresa estando yo trabajando en ella.
Le había contado a su padre como siguió sus viajes
a Suiza el año anterior y como tras esas gestiones allí habíamos ganado de
golpe tres concursos y que este año había vuelto a suceder lo mismo. Sabía que
nuestras cuentas no habían movido ni un euro hacía ningún político español,
pero nuestros socios suizos sí que habían recibido unas ayudas muy
significativas. Sin contra-prestación alguna y para, en teoría, pagar unas
fianzas de unos contratos que ellos habían ganado allí se llevaron una cuantiosa
cantidad de dinero. Sólo en teoría porque los contratos no existían.
En verdad mi nieto era un gran investigador. Sabía
que el dinero que recibían los políticos españoles en Suiza vendría de algo
punto de aquel país que no se podría vincular nunca con nuestra empresa.
Empezaba a asustarme. Veía que uno de mis nietos,
los pilares en los que apoyar la empresa cuando ya no pudiese dirigirla yo, se
me estaba yendo ¡Con lo inútiles que habían demostrado ser mis hijos y lo
buenos y eficientes que eran los nietos que trabajaban conmigo!
Busqué otras alternativas para convencerlo.
-Sabes que esta empresa es una Sociedad Anónima y que nosotros sólo tenemos
el 30% del capital. Los que han comprado las acciones nos han hecho crecer pero
quieren aún más beneficios que el año anterior ¿cómo quieres que los consigamos
si no hacemos alguna irregularidad?
-No llames irregularidad a un delito. Además el control de la empresa
siempre será tuyo.
-¿No crees que los Suizos puedan incrementar su porcentaje y puedan pasar a
dirigir ellos la empresa?
-Tratándolos tan bien como los tratas dudo que quieran el control. Tienen
más beneficios si controlas tú que si lo hicieran ellos. Es más, si se diera el
caso, seguro que te dejarían a ti seguir mandando.
Me quedé mirándolo un instante Lo veía muy
centrado. Estaba seguro que habría preparado esta conversación hacía tiempo.
Seguro que habría puesto a su padre de los nervios para conseguir que viniera a
mí. Así había conseguido que yo le convocara sin tener que empezar pidiendo o
justificando.
Me sentí como un juguete en sus manos. Cada vez lo
veía más lejos de nosotros, su familia. Lo veía tan seguro de sí mismo, tan
adulto que casi no lo reconocía. Nunca me había plantado cara así. Tocaba
cambiar el tono con un golpe bajo.
-Yo no soy eterno. Sabes que eres el heredero. Por eso te pago casi todo lo
que ganas en acciones de la empresa.
-Yo no lo elegí. Dices que seré el heredero. Pero este heredero no quiere
seguir tus pasos.
-¿Qué camino quieres seguir?
-Un camino libre de corrupción. Ganar dinero limpio.
-Consideras esta empresa corrupta y tienes acciones de ella ¿Piensas ganar
dinero limpio con esas acciones?
-Mi intención es venderlas para trazar mi propio camino desde cero. Pienso
convertir las acciones en el sueldo que no me has pagado estos años.
Me dolió. Querer deshacerse de esas acciones era
romper con la familia. La empresa era el eje central alrededor de los que todos
sus miembros vivían. Otro nieto que me dejaba. Me sentía roto. Desde la muerte
de mi madre nunca me había encontrado así de mal. No quería que se fuera y ya
lo veía lejos de nosotros.
Me tragué el dolor como lo hice en el entierro de
mi madre. Era la cabeza visible y no podía mostrar debilidad. Tenía que
encontrar algo que me acercara a él. No se me ocurría nada hasta que recordé el
dicho que dice “si no puedes con él únete
a él”
Decidí hacerme el vencido para darle confianza y
que me explicara sus planes. Sólo así podría conseguir un acercamiento. Puse en
mi voz el abatimiento que sentía y me permití mostrar el dolor que sentía a
través de mi cara.
-¿Cómo piensas ganarte la vida?
-Comprando un hotel con el valor de las acciones.
-¿Dónde lo vas a comprar?
-En algún lugar de España que no es Madrid. Me quiero ir a vivir fuera.
-¿Estás seguro de que será una buena inversión?
-Sí abuelo. Me has enseñado tú. Donde voy a comprar el turismo va en
aumento.
¡Con que va a comprar un hotel! Este chico es
brillante, incluso más de lo que creía. Seguiré el juego. Seguro que será bueno
para los dos.
-Tus acciones están en Suiza. Es por un tema fiscal. Pero no te preocupes.
Llama a Werner y él te hará de traductor en el banco donde están depositadas
para que las recuperes – dije tratando de disimular una sonrisa que se me
escapaba-
En cuanto salío por la puerta descolgué el
teléfono. Había muchas cosas que hacer y muy poco tiempo.
NIETO
Cuando salí del despacho respiré profundamente. Me
sentía victorioso ¡Menuda jugada la del abuelo tratando de convencerme que yo
era su heredero! Porqué no puede serlo Borja que trabaja en los servicios
jurídicos o Daniel que ya es segundo de a bordo en la oficina de proyectos,
incluso Miguel que ya es un brillante director de obras. Mis tres primos han
tenido siempre las mismas posibilidades que yo. Sabía que me ha dicho eso a mí
para que no me fuera.
Me sentía libre. Me temblaba todo el cuerpo.
Acababa de liberar toda la tensión que había acumulado enfentándome al hombre
más poderoso que conocía. Me di cuenta que estaba dejando atrás buena parte de
mi vida pasada y me afloraron los recuerdos más intensos de la relación con mi
abuelo.
Los veranos los pasábamos siempre en su caseron de
Navacerrada. Era muy divertido jugar con mis primos ya que mis hermanas pequeñas
jugaban con muñecas y no les hacían gracia nuestros juegos. Mi abuela nos
mimaba, pero cuando aparecia el abuelo todo cambiaba.
Disciplina. Esfuerzo. Deberes. Trabajo. Holgazán. Esas
eran sus palabras más repetidas en aquellos veranos. Sólo recuerdo que jugase
con nosotros una vez. Para nosotros fue un juego. Para el ganarnos al monopoly
no lo fue. Cuando acabamos nos dijo que estaba formándonos para el futuro.
Recordé también las comida familiares de Navidad.
Ese día, al acabar la comida, nuestros padres y tíos nos daban a cada uno un
sobre con dinero. Lo esperábamos con ilusión pues con él iríamos a la feria a
subirnos a la noria y a los coches de choque. El abuelo nunca ponía dinero en
el sobre. En él sólo habían unas hojas escritas y firmadas. Ya más crecidos nos
enteramos que eran acciones de la empresa.
Era duro. Quería que estudiasemos todos las
carreras universitarias que a él le interesaban para incorporarnos a la
empresa. Sólo dejaba de hacer presión si era una nieta la que decidía hacer
farmacia o medicina, pero con los nietos fue implacable. Todos acabamos donde
quiso. Al menos yo estudié Empresariales, una carrera que me gustaba. A mi
primo Gustavo lo matricularon en Ingeniería de Caminos y dejó de estudiar en el
primer año de la carrera. Mi abuelo pasó a considerarlo la oveja negra de la
familia. Fue marginado de cualquier reunión familiar en la que estuviera él.
Cuando pudo se fue de casa y nunca supimos de Gustavo. Quizá mi tía si sabe
algo pero no lo cuenta nunca.
Recuerdo mi trabajo en la empresa con la carrera
recién acabada. Lo viví con una sensación de presión constante. Nunca sabías lo
que te podría caer encima. Él lo llamaba "un nuevo reto" yo lo vivía
como una nueva exigencia incumplible. Esto se repetía casi semanalmente.
Un domingo, tomando unas cervezas con amigos de la
facultad, me enteré que Hitler tenía una táctica muy particular. Pedía
conscientemente imposibles en sus fábricas de armas para obtener la máxima
producción posible. Cuando lo oí imaginé al abuelo con el bigote de Adolf.
Incluso tuve pesadillas en las que él, con ese bigote nos daba las ordenes en
el trabajo en alemán.
Solté mis recuerdos y me centré en el futuro
inminente. Por fin me iría con Rocío a Valencia y dejaría atrás a mi abuelo con
sus exigencias, trampas y mentiras. La empresa familiar era ya parte de mi
pasado. En cuanto cerrase mi relación laboral volaría a Suiza para vender mis
acciones. Cuando comprobé que ya no temblaba llamé a mi novia para contarle la
reunión y para que acordase la fecha para compra del hotel.
Dos días más tarde aterricé en Zúrich. Había quedado
con Werner para que me entregara las acciones y su venta. Él era el gerente de
la Sociedad del Inversiones Ganmor que poseía una parte siginifcativa de la
empresa familiar. Poco antes de despegar me mandó un mensaje indicándome la
ubicación del banco donde me esperaba. Al aterrizar tomé un taxi para ir
directamente al banco. Nada más entrar me hicieron pasar a una elegante sala
donde me esperaba junto al director de la sucursal. La sorpresa fue que ambos
hablaban un castellano perfecto.
Me di cuenta que algo no cuadraba. No necesitaba a Werner de traductor ¿Mi
abuelo había mentido o no lo sabía? Inicié la conversación con una pregunta a
Werner:
-¿Ha traído los certificados de las acciones? -le pregunté a Werner-
-Sí. Pero antes de pasar a ese tema he de informarle de varías cosas. En
estos dos días ha habido muchos cambios que desconoce y le afectan.
-Adelante, le escucho -dije sorprendido y un poco asustado-
-El hotel Bristol de Valencia ha sido comprado por una sociedad de nueva
creación con capital íntegramente suizo.
Se detuvo un momento al ver mi cara completamente
desencajada. No podía entender como habían descubierto el hotel que pensábamos
comprar en tan poco tiempo. Me di cuenta del enorme error que cometí al
rebelarle mis planes al abuelo. Werner prosiguió.
-Si firma los papeles que estoy poniéndole delante pasará a ser el representante legal y gestor
único de la esta nueva sociedad.
-¿Cómo se enteraron del hotel que íbamos a comprar en tan poco tiempo?
-Era fácil. Su novia y futura gerente del hotel es de Valencia y el mercado
inmobiliario de hoteles no es tan grande.
-¡Ya teníamos un preacuerdo!
-Les hicimos ver que su abuelo quería regalarle el hotel. Además les
mejoramos la propuesta económica permitiendo cobrar una parte en francos suizos
libres de impuestos.
-No puede creer que mi abuelo me esté haciendo esta jugada tan sucia.
-Yo no veo ninguna suciedad. Veo a un hombre rico que le da lo que quiere a
su nieto.
-No creo que esa sociedad sea absolutamente independiente de la empresa de
mi abuelo.
-La dependencia que tiene la nueva sociedad es el préstamo que ha
solicitado con este Banco. Su abuelo me dijo que legalmente era un problema
meter el dinero de su Sociedad Anónima en la creación de esta nueva sociedad,
pero si podía conseguir favores de algunos bancos. Los intereses son muy bajos
como podrá ver cuando lea detenidamente los documentos. Entiendo que los necesite
leer tranquilamente. Se me ha encargado que esté aquí con usted para responder
todas las preguntas que me haga.
Me puse a leer. El nombre de la empresa Rocafe
coincidía con el de mi novia Rocío Castelló Fernández. Esa idea sería también
de mi abuelo. Había subestimado el poder que tenía sobre los suizos.
De repente me di cuenta de la dimensión de su
juego. Los suizos no eran socios de la empresa del abuelo, eran empleados. El
abuelo en verdad tenía más del 50% de las acciones de la SA. Por eso mis acciones se guardaban en Suiza.
No era sólo un problema fiscal. Además el banco era con el que trabajábamos
habitualmente y tenían un director de sucursal español ¿Sería el banco también
propiedad de mi abuelo? ¿Buscaba mi abuelo tenerme atado de esta forma? Probé
fortuna con la pregunta que lancé.
-Parece que ambos trabajan para mi abuelo. ¿Es cierto que me va a dar tanta
libertad como parecen reflejar estos documentos?
-Ninguno de nosotros trabaja directamente para la empresa de su abuelo,
pero ambos trabajamos con él y hacemos cumplir sus órdenes. Sería interesante
que lea la parte final del documento. Quizá allí comprenda más el alcance de la
situación y la relativa libertad de acción.
Seguí leyendo. Las últimas cláusulas eran las
garantías para el banco. Decían que si no podía pagar el préstamo la sociedad
sería absorbida por la Sociedad de Inversiones Ganmor que dirigía Werner. Esta
asumiría los bienes y las deudas de Rocafe. Ahora todo encajaba. Tenía la
opción de no pagar nada y Rocafe pasaría a ser parte de la Sociedad que dirigía
Werner. Se lo pregunté directamente y me contestó.
-Sí. Es así como su abuelo pretende regalarle el hotel. Él mismo me ha
transmitido que no tiene problemas que usted se encargase de desarrollar una
división hotelera desde nuestra empresa diversificando aún más el negocio.
-¿Ha dicho aún más?
-Sí ¿Sabe quiénes son la empresa panameña que tiene otro 10% de la SA?
Imagino que ahora estará pensando que es otra empresa que trabaja con la de su abuelo
como la que yo reprensento y acertará. Ellos también están implantados en
Estados Unidos con inversiones importantes en otras áreas. Son una empresa más
grande y potente que la Sociedad de Inversiones Ganmor.
Estaba asumiendo el impresionante imperio económico de la familia. Seguro
que el abuelo le dijo a Werner que me lo contara. Pero si yo no lo sabía hasta
ese momento era porque el abuelo nunca se planteó que pudiera ser su heredero.
Cada vez me sentía más pequeño ante el poder que tenía ante mí.
Me di cuenta que aún no había salido del todo de la
empresa como creía. No por lo que había maquinado el abuelo con la compra del
hotel sino porque yo aún seguía dándole vueltas a la posibilidad de ser el heredero.
Decidí seguir adelante tenía que jugar todas mis bazas.
-También tengo la opción de pagar el préstamo o incluso quitármelo
pagándolo con mis acciones.
-Si esa es su decisión no hay problema. La propiedad de Rocafe estará
encantada y por tanto su abuelo también. Él me dijo que le tratase lo mejor
posible porque dentro de unos años usted será mi jefe.
Otra vez la película que quería que viese todo el
tiempo: El heredero. Vaya sarta de mentiras que me contó en mi reunión con él
¡Yo que creía haber salido victorioso de aquella reunión!
Necesitaba tener más información. Parecía que Werner
creía de verdad a mi abuelo. Me estaba tratando como si ya fuera su nuevo jefe.
Aproveche para seguir preguntando.
-¿Por qué le pusieron Rocafe a la empresa?
-Su abuelo pensó que su novia estaría encantada con ese nombre.
Esa información me hizo ver la verdadera intención
de mi abuelo. Él pretendía que yo siguiera en la empresa y que mi novia se sintiese
feliz en una empresa con su nombre. Pero Rocafe no era independiente de su
grupo de empresas. Conociendo su forma de pensar llegué a la conclusión que por
su cabeza no pasaba la posibilidad de que alguien de la familia se quisiera ir
de forma voluntaria de su grupo. Estaría pensando que era la presión de ella la
que me había hecho tomar la decisión de dejarlo. Traté de jugar una baza
más.
-¿Qué precio tiene para Rocafe el hotel? Quiero
comprárselo.
-Rocafe no vende. La única forma que disponga de
ese hotel es firmando los documentos que le he traído.
Así era el juego de mi abuelo. Si quería el hotel
que habíamos elegido tendría que entrar en su nueva empresa llamada Rocafe. Si
no quería tenía mis acciones pero tendría que comprar otro hotel y negociar
todo desde el inicio. Me quedé mirando al Director de la sucursal y le
pregunté:
-Usted está aquí por si al final decido hacer uso de la acciones ¿No?
-No sólo por eso. Yo voy a volver a España. Ya sea a Madrid o a Valencia.
-Podría explicármelo por favor.
-Si usted se queda con Rocafe yo iré al puesto de trabajo que ha dejado en
Madrid. Si no quiere el hotel de Valencia iré a vivir a la ciudad de su novia
haciéndome cargo del hotel. No tengo problemas. En ambas ciudades hay un
colegio alemán al que llevar a mis hijos.
El círculo se cerraba. Mi abuelo lo tenía todo
atado y bien atado. Era el momento de decidir. Pero pedí unos minutos para
pensar. No quería hacer nada sin hablar antes con Rocío. La decisión afectaba a
la vida de los dos. Así que salí de la sala para hacer una llamada personal.
Al sacar mi móvil me di cuenta que continuaba en
modo avión. Me había olvidado del móvil pensando en la venta de las acciones.
Al activarlo me entraron varios mensajes de llamadas perdidas de Rocío y un
mensaje en el que me pedía que la llamara inmediatamente.
La imaginé nerviosa esperando los resultados de la
venta de la acciones. Temí desilusionarla. Suspiré profundamente y la llamé.
-¡Hola amor mío!
-¡Manuel, cielo. Me tenías muy preocupada! Pensé que te había pasado algo
después de aterrizar.
-Olvidé quitar el modo avión. Lo he puesto ahora porque mi abuelo nos ha
dado una sorpresa enorme.
Le relate lo sucedido con el máximo número de
detalles que recordaba. Cuando acabé le pregunté:
-¿Qué crees que es lo mejor que podemos hacer?
-¿Aún no has hecho nada?
-No. Quería consultarlo contigo.
-Me alegro que quieras consultarlo conmigo y me
alegraré aún más, cuando yo soy quién te llama repetidas veces, que me escuches
primero a mí y no me sueltes lo tuyo sin posibilidad de meter baza.
-Rocío, por favor, no discutamos ahora. Has visto
que es muy importante lo que tenía que contarte.
-Si me hubieses preguntado porqué te estaba
llamando tantas veces te habría dicho que ya sabía la jugada de tu abuelo.
-¿Cómo?
-Sí. Me llamó en cuanto despegaste de Madrid y me contó lo que te ibas a
encontrar al llegar.
ABUELO
En cuanto me avisaron que el avión se movía llamé a
Rocío. No podía dejar cabos sueltos con este nieto cabezón que se quiere
comportar como Gustavo. Cuando descolgó me dijo:
-¿Don Ramiro, no se ha equivocado, soy Rocío?
-Sé quién eres, y no me he equivocado. Te llamo porque he de contarte
varias cosas que son de tu interés.
-Le escucho - dijo con voz muy baja-
-En primer lugar decirte que no estoy enfadado con Manuel. Por una parte es
comprensible que no me agrade que Manuel se quiera ir de la empresa. Es un
trabajador muy valioso, la empresa es mía y además él es un familiar directo.
Por otra parte hay algo que me gusta mucho en la decisión que ha tomado.
Paré de hablar un momento para ver la reacción de
Rocío. Fue cauta y no dijo nada. Proseguí.
-Me encanta la iniciativa propia. Las ganas de abrir un camino sin quedarse
bajo el paraguas de la familia. Y quiero apoyar esa iniciativa.
-Muchas gracias por sus palabras. Me tranquilizan ¿Cómo piensa apoyar la
iniciativa?
-Con un regalo.
-¿Cual? -dijo Rocío con un tono que demostraba su interés-
-El Hotel Bristol de Valencia.
No hubo respuesta y continué aprovechando el efecto sorpresa.
-No sé si me equivoco pero te imagino un poco descolocada. Supe que
regalaros. Era fácil saber cuáles eran vuestros planes. Tu especialidad
profesional es la actividad hotelera.
-Pero…
-Perdona que te corte pero quiero que sepas que estoy muy contento que mi
nieto te haya elegido como su futura esposa. Me encanta que trabajes y que lo
hagas en un puesto de gestión, no como otras novias o esposas de otros nietos.
Tú sí que vas a conocer la importancia del trabajo. Es él quien forja y hace
fuertes a las personas.
-Sí, pero ¿Cómo supo el hotel que queríamos comprar? –dijo Rocío con tono
de asombro.
-No es eso lo importante, me interesa que este hotel sea vuestra punta de
lanza, que crezcáis.
-No le entiendo.
Noté que estaba descolocada y me alegré mucho. Era
un signo que no le disgustaba el regalo. Las cosas iban por donde yo quería.
-He creado una empresa que es la propietaria del hotel. Dicha empresa tiene
el respaldo de mis socios suizos y tendrá todas las facilidades legales y
económicas para crecer con más hoteles.
-De momento no queremos crecer. Queremos hacerlo bien con ese hotel -dijo
Rocío recuperando el tono bajo que usó al principio de la conversación-
Acababa de decir "hacerlo bien con ESE hotel". Ya había aceptado el regalo. Todo
iba sobre ruedas. Entonces, sin esperar respuesta por mi parte lanzó la
pregunta que esperaba:
-Entonces ¿Es usted o son los suizos los propietarios de la empresa?
-No te preocupes de la propiedad. Serán los accionistas los propietarios y
Manuel el Administrador de la misma. Bien sea con un hotel o con una cadena
hotelera lo llevareis vosotros. Estoy convencido que tienes buenos amigos de tu
edad capaces de dirigir otros hoteles.
-¿Me está diciendo que su intención es que Manuel y yo nos hagamos cargo de
una cadena hotelera? -dijo Rocío con un tono de extrañeza-
-Un Administrador y una Gerente. Son los puestos clave y estoy convencido
que sois capaces de hacer ese trabajo muy bien.
Se quedó unos segundos callada. Esperaba alguna reacción final y de pronto
dijo:
-¿Manuel aún no sabe nada de lo que me está diciendo?
-No. Ya sabes lo cabezota que es. Será el Gerente de la Sociedad de
Inversiones Ganmor quien se lo cuente todo.
-Entonces ¿Para qué me ha llamado?
-Para ser el primero en contártelo todo y sobre todo para que, si Manuel
aún tiene dudas, le convenzas tú que el mejor camino es aceptar ser el adminsitrador
de la nueva empresa y no vender las acciones de la SA para comprar ningún
hotel.
-Le agradezco su sinceridad.
-Y yo te agradezco que ayudes a Manuel a tomar la decisión que es
beneficiosa para todos nosotros.
NIETO
-En ese caso tú has tenido más tiempo de pensar que hacer ¿qué crees tú que
es lo mejor?
-El hecho que ya no estés bajo la dirección directa de tu abuelo te hace
sentir mejor ¿No es así Manuel?
-Sí
-No creo que tu abuelo piense poner a nadie que te controle. Serás tú su
hombre de confianza en la empresa y el responsable absoluto. La empresa no será
tuya pero como si lo fuera.
-Entiendo que propones que formemos
parte del grupo suizo de empresas que posee mi abuelo.
Sentía que mi abuelo había convencido a Rocío
mientras yo no podía hablar con ella. El hecho de no haber conectado el jodido
móvil nada más bajar del avión aún había favorecido más la estrategia de mi
abuelo.
-Te propongo que vivas alejado de tu abuelo. Tu abuelo no es eterno y tú no
serás "el heredero" pero ¿Quién se hará cargo absoluto de la división
hotelera del grupo familiar cuando el abuelo ya no esté?
-Así no me separo del abuelo.
-Así te separas poco a poco. Sin rupturas bruscas, sin romper con tu
familia pero sin marcha atrás. Me parece que la clave es que no vuelvas a la SA.
Me quedé completamente bloqueado. Rocío tenía las cosas más claras que yo.
Pero ella no conocía a mi abuelo en el trabajo.
-No puedes entender la forma de dirigir de mi abuelo. Controla empresas por
medio mundo y tú crees que él nos va a dejar trabajar como queramos sin
entrometerse.
-Manuel, no se a que te refieres con entrometerse. Tú quieres abandonar la
empresa familiar por unas cuestiones éticas que consideras muy importantes. Yo
también las valoro, pero creo que hay algo todavía más importante.
-¿A qué te refieres?
-Tú y yo hemos ideado un proyecto en común. Proyecto que ambos queremos
hacer por encima de todo. Ahora tu abuelo nos lo pone fácil y en ti afloran las
dudas. ¿Tu problema es de ética o de miedo a tu abuelo?
La pregunta de Rocío me hizo pensar. Era cierto que
habíamos puesto mucha ilusión en nuestro proyecto pero eran ilusiones que
nacieron desde diferentes prespectivas. La ilusión de ella de ser gerente de
hotel y la mía de librarme de la presión del tirano corruptor que dirigida
tanto la empresa como la familia.
Como era habitual el abuelo había encontrado como
romper, o corromper, cualquier cosa se interpusiese en su camino. Me daba
cuenta que estaba manejando la ilusión de Rocío con el Hotel Bristol. Yo la
había visto disfrutar con la idea desde el día que ella lo encontró. Sólo le aporté
la posibilidad de comprarlo con el dinero que podría conseguir de unas muy
revalorizadas acciones. Deduje de su planteamiento que no estaba dispuesta a
perderlo, pero yo no estaba dispuesto a seguir trabajando para mi abuelo.
-¿Sigues ahí?
-Sí Rocío. Me había quedado pensando en tu pregunta?
-¿Puedes responderla?
Antes que pudiera decir nada me surgió una idea. En ese momento sentí lo
que tenía que hacer. Todo encajaba. El juego aún no había terminado.
-No voy hace nada, absolutamente nada que impida que tú seas la gerente del
Hotel Bristol -dije mientras salía sonriente del banco y me dirigía a otro que
se encontraba enfrente-
-Entonces ¿Vas a firmar?
-No amor, voy hacer lo que teníamos previsto. Un beso mi vida. -tras lo
cual colgué sin darle opción a Rocío a más preguntas y poniendo el móvil en
modo silencioso-
Unos veinte minutos despúes de haber salido de la
sala donde me recibieron regresé a ella. Werner cortó su llamada de móvil en
cuanto entré. Antes que preguntaran les dije:
-Lo he pensado y lo he hablado con Rocío. Quiero que nos déis un día para
pensar. Si no hay problema mañana por la mañana a primera hora regresaré al
banco para comunicar la decisión. No quiero tenerles ocupados más tiempo.
Werner torció un poco el gesto y, tras pensarlo
unos momentos, le pareció correcto. Mientras nos despediamos procuré que Werner
saliera antes que yo. Sabía que lo había entretenido mucho tiempo y tendría
prisa. En ese momento y procurando que ambos me oyeran le pregunté al director
de la sucursal por algún hotel en el que poder dormir esa noche.
Cuando la alargada sombra de mi abuelo salió del
banco y me quedé a solas con el Director y le dije dándole en un papel el
número de la cuenta que acababa de abrir en el banco de enfrente:
-La decisión está tomada. Quiero vender las
acciones de la SA y que transfieran el dinero a esta cuenta.
El Director estaba atónito. No entendía todavía lo
que estaba haciendo así que añadí:
-Vaya buscado plazas en el colegio alemán de
Valencia. Por lo que me dijo será usted el nuevo administrador de Rocafe.
Espero que, si mi novia fuera la gerente, su relación con ella sea buena. Rocío
sabe lo que hace y seguro que el negocio funcionará muy bien.
No me separé del Director hasta que estuvieron
firmados todos los papeles de venta de las acciones. Sabía que el Director
llamaría a Werner en cuanto me marchara. Cuando salí del Banco comprobé que tenía
varias llamadas perdidas de Rocío. No respondí en ese momento. Me fui a
descansar a una modesta pensión muy diferente del hotel que me había
recomendado. Desde allí la llamé y le conté mi decisión.
Tres días más tarde, cuando el dinero estuvo ingresado en el otro banco y
con más de 40 llamadas no respondidas de mi familia, volé a Valencia. Había
quedado con Rocío. Sólo había mantenido contacto telefónico con ella.
Nos besamos apasionadamente nada más vernos. Hacía demasiados días que no
estábamos juntos. Teníamos mucho de que hablar pero nuestros cuerpos se
reclamaban.
Más tarde y más relajados conversamos en la cama.
-¿Te ha llamado mi abuelo en estos días?
-No. Si que me han llamado tu madre y tus hermanas, pero no he tenido
noticias de él.
-Me lo esperaba. Aún tiene que tomar la decisión final si te nombra gerente
del hotel o no. Creo que espera mi siguiente movimiento.
-¿Qué crees que va hacer?
-Nombrarte a ti. No tiene otro candidato ni experto en la materia. Además
si no te nombra ya no habría forma de que yo me acerque a la familia que es lo
que más desea.¿Acaso no compró el hotel para que siguiera con él?
-Crees que espera tu siguiente movimiento ¿A qué te refieres?
-Espera ver donde invierto el dinero de las acciones.
-¿Has pensado ya en algún proyecto?
-No. Tendrá que actuar en relación al hotél Bristol sin saberlo. No puede
retrasar el nombramiento con todas las reservas que ya tiene. Además aún no he
decidido que haré con el dinero. Sé que me convertiré en un empresario autónomo
pero he de estudiar el mercado.
-Sigues sin librarte de él.
La afirmación de Rocío me dejó pensativo. Rocío espero callada mi respuesta
y al rato de dije:
-No me dejará nunca. Llevo su sangre. Somos demasiado parecidos. He
aprendido a su lado y gracias a eso nunca me comportaré como él. El papel de
tirano y corruptor se lo dejo entero.
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